Exárbitro mundialista enfrenta proceso por violencia familiar: la otra cara de su legado

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Marco Antonio “N”, conocido en el ámbito futbolístico como “Chiquimarco”, vuelve a estar en el centro de la conversación pública, pero no por su trayectoria en los estadios, sino por un proceso legal que ha generado una fuerte atención mediática. El exárbitro de la Liga MX, quien participó en tres Copas del Mundo, enfrenta actualmente una investigación por presunta violencia familiar, lo que ha puesto su reputación en un momento crítico.

El caso tomó forma cuando, durante una audiencia realizada el pasado 11 de julio en un juzgado de la Ciudad de México, se dictó su vinculación a proceso. La resolución se basó en los datos de prueba presentados por la Fiscalía capitalina, los cuales señalan un presunto episodio de violencia física y emocional contra su expareja. Según la denuncia, el incidente habría ocurrido en agosto de 2022 en un domicilio ubicado en la alcaldía Milpa Alta. A partir de esa fecha se inició una carpeta de investigación que, tras ser revisada por un juez, avanzó hasta la etapa actual.

Aunque la vinculación a proceso es un paso formal dentro del sistema jurídico, no implica automáticamente la responsabilidad penal del acusado. De hecho, el juez decidió no imponer prisión preventiva. Sin embargo, sí estableció varias medidas cautelares que Marco Antonio “N” debe cumplir estrictamente: no puede acercarse al domicilio de la denunciante, no puede tener comunicación con ella y tampoco se le permite establecer contacto con posibles testigos del caso.

Además, la Fiscalía cuenta con un periodo de dos meses para realizar una investigación complementaria que incluirá declaraciones adicionales, evaluaciones psicológicas, peritajes y la integración de evidencia que permita determinar la magnitud del presunto daño causado. Mientras tanto, el exárbitro se mantiene en libertad, pero bajo supervisión judicial.

De acuerdo con declaraciones públicas de la parte denunciante, el proceso avanzó gracias a que se trató de una autovinculación a proceso, en la que el propio Marco Antonio “N” aceptó formalmente someterse a esta etapa judicial. Esta figura agiliza el trabajo de las autoridades y permite que el caso continúe con mayor claridad jurídica.

El caso ha provocado reacciones divididas entre aficionados, analistas deportivos y el público en general. Por una parte, hay quienes consideran que las figuras públicas deben enfrentar las consecuencias legales y sociales de sus actos, especialmente cuando se trata de acusaciones graves como la violencia familiar. Por otra parte, también existe un sector que expresa sorpresa ante la noticia, pues recuerdan a Marco Antonio “N” como uno de los árbitros más reconocidos y preparados del futbol mexicano.

Durante su carrera, “Chiquimarco” fue considerado un referente del arbitraje nacional. Participó en múltiples torneos de la Liga MX, así como en competencias internacionales de alto nivel. Su presencia en Copas del Mundo reforzó su estatus como uno de los silbantes más experimentados del país. Tras su retiro, trabajó como analista deportivo para diferentes cadenas, lo que mantuvo su nombre vigente en el entorno mediático.

Sin embargo, el actual proceso legal ha cambiado por completo la percepción pública en torno a su figura. Para muchos, el caso abre una discusión relevante sobre la responsabilidad que tienen los personajes mediáticos en su vida privada y sobre cómo la justicia debe proceder sin privilegios, independientemente de la trayectoria o reconocimiento del acusado.

Las próximas semanas serán determinantes para el futuro del exárbitro. Si la Fiscalía logra presentar pruebas sólidas durante la etapa complementaria, el proceso podría avanzar hacia un juicio formal. Si su defensa logra desacreditar las acusaciones mediante contraperitajes o testimonios adicionales, podría buscarse un cierre anticipado del caso. En cualquier escenario, el escrutinio público se mantendrá.

Marco Antonio “N” se encuentra en una etapa decisiva que podría redefinir su legado, no por sus decisiones dentro de la cancha, sino por el proceso legal que hoy enfrenta y por las implicaciones que este podría tener en su vida personal y profesional.

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